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23 de marzo de 2008

Esta entrada tenía que hacerla

Cuentan que una bella princesa estaba buscando consorte. Aristócratas y adinerados señores habían llegado de todas partes para ofrecer sus maravillosos regalos: joyas, tierras, ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a tan especial criatura.

Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando le llegó el momento d
e hablar, dijo:

Princesa, te he amado toda mi vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de mi amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. Ésa es mi dote...


La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar. Tendrás tu oportunidad: Si pasas la prueba, me desposarás.

Así pasaron las horas y los días. El pretendiente estuvo sentado, soportando los vientos, la nieve, y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, la cual, con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba la faena.

Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos optimistas habían comenzado a planear los festejos. Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.

Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa:


¿Qué fue lo que te ocurrió? ..Estabas a un paso de lograr la meta. ¿Por qué perdiste esa oportunidad?. ¿Por qué te retiraste?.

Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas, contestó en voz baja:

No me ahorró ni un día de sufrimiento... Ni siquiera una hora...

NO MERECÍA MI AMOR.

Conocí esta historia a través de un blog, busqué la referencia más antigua en la red y encontré el blog de xydehia aunque en este blog se hace referencia a otro de donde según la autora le llegó la historia.

6 comentarios:

  1. Qué bonita historia!!!!
    En cierto modo, es lo que nos pasa en la realidad ... amas tanto a una persona que no dejas de entregarte y esforzarte para que la persona amada sea feliz y se sienta amada ... lo peor es cuando te das cuenta que esa persona no es capaz de apreciar tu amor ni de hacerte sentir apreciada!!!!!!
    1besote.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Que cosa...En la vida lo mas triste es amar sin ser amado;dar su tiempo a alguien que es super agrandado,ke no te ve como tu mereces:|
    O sea a mi me paso eso,y duele mucho,mas ahora me rio mucho,pork fue mejor asi,y el tiempo sana todo :PPPP
    Besossssssssssss \o/!!!!!!!!!

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  4. * Tú lo sabes bien, Betty Boop, un besote también para ti... y que la fuerza nos acompañe...jajaja.
    Otro besote para ti.


    * Y tú también Blog em construçao, tú también lo sabes, es una pena que a veces nos esforcemos por querer y no nos quieran, pero al final, la vida tiene estas cosas... de todas formas lo importante es seguir el corazón.

    Besos.

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  5. Tanto es el amor ...y tanto otra la desilución....al final ver un sacrifico que no es recibido con la misma fuerza que se la entrega...
    bella es esta historia... bajo el final feliz de la esperanza de seguir buscando


    abrazos miles siempre amigo

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  6. Bueno tú sabes bien por qué esta historia...

    Muchos besos. Y un millón de risas.

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