Un hombre visitó una tierra lejana y compró un espejo, objeto que era absolutamente desconocido para él. Le había llamado la atención, porque cada vez que lo miraba le parecía ver en su interior la cara de su padre fallecido, así que lo guardó en un cofre y se lo llevó a su país.
De vuelta en su casa, cuando se sentía triste o preocupado, subía al desván, abría el cofre y se asomaba en él para ver la cara de su padre, que, aunque triste y preocupada también, le transmitía confianza y ánimo.
De vuelta en su casa, cuando se sentía triste o preocupado, subía al desván, abría el cofre y se asomaba en él para ver la cara de su padre, que, aunque triste y preocupada también, le transmitía confianza y ánimo.
Su mujer, extrañada por aquella conducta, decidió un día que estaba sola subir al desván y abrir el cofre. Para su sorpresa, vio en su interior la cara de una mujer que la miraba con curiosidad. Cuando regresó el marido, ambos discutieron amargamente.
-¡Hombre vil, me engañas con esta mujer! -clamaba ella mirando dentro del cofre.
-¡Estás loca! ¿No ves que es mi padre? -respondía él asomándose también al espejo.
-¿Crees que soy ciega? ¡Yo veo claramente una mujer! -contestaba ella de nuevo.
Como la discusión crecía, decidieron que alguien justo y sabio arbitrara en la disputa.
Para ello eligieron al sacerdote de la comunidad.
Después de un minucioso examen del asunto, aquel hombre ecuánime miró al espejo dentro del cofre y declaró:
-Ni aquí está tu padre, ni tampoco hay ninguna mujer ¡claramente lo que hay es un sacerdote!
-¡Hombre vil, me engañas con esta mujer! -clamaba ella mirando dentro del cofre.
-¡Estás loca! ¿No ves que es mi padre? -respondía él asomándose también al espejo.
-¿Crees que soy ciega? ¡Yo veo claramente una mujer! -contestaba ella de nuevo.
Como la discusión crecía, decidieron que alguien justo y sabio arbitrara en la disputa.
Para ello eligieron al sacerdote de la comunidad.
Después de un minucioso examen del asunto, aquel hombre ecuánime miró al espejo dentro del cofre y declaró:
-Ni aquí está tu padre, ni tampoco hay ninguna mujer ¡claramente lo que hay es un sacerdote!
LOS 120 MEJORES CUENTOS DE LAS TRADICIONES ESPIRITUALES DE ORIENTE. Recopilacióen de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez
El hombre veia el reflejo de su amor por quien le enseño a vivir y amar y luchar en esta vida..eso pienso la causa de ese gran deseo de siempre verlo aunque solo viera en el su propia imagen...la bella mujer no comprendio que lo que se manifestaba es su esposo era un amor diferente y no una forma de engaño...y al verse turbada por los celos y la desconfianza olvido mirar bien la belleza y la importancia que ella tiene en la vida de su esposo,...a veces es importante la opinion de una tercera persona para aclarar las cosas ya que él puede ver el problema desde fuera....pero sería tan hermoso que el amor que se tienen sea suficiente y sirva como mediador ....
ResponderEliminarQue lástima que a veces perdamos el tiempo valioso creando ideas lejanas a la realidad, si no vemos ahora lo que tenemos, y no entendemos cuan amado somos,continuamente nos engañaremos en nuestras dudas, y volveremos fragiles ese amor.
Que todo lo bueno de este mundo cubra el amor de los amantes y los torne fuerte..porque el amor es una fuente de sanación que libera el alma y nos vuelve más sublime...
Una imagen tan bella que siempre debe ver solo la verdad que posee, un amor que es real.
Siempre las sonrisas más sinceras...las más fuertes...a los amigos..que se tienen a la distancia....
hasta la sonrisa!!!
yo,
ResponderEliminarnada que comentar a tus palabras que son acertadas y bellas
Mil sonrisas mil veces.
que hablan se nota que ni sikiera comprendieron la historia. Lo que ve{ia el hombre era el rostro de su padre par de ignorantes!!
ResponderEliminarAlguien dijo "la ignorancia tiene muchas formas y todas son peligrosas" estimado mono sabio, la historia la comprendimos, tal vez, fuiste tú quien no la comprendió el espejo sólo mostraba lo que quien lo miraba quería ver, así el hombre que compró el espejo se veía como su padre, ya fallecido, la mujer como alguien que desconfiaba de su marido y el sacerdote como sacerdote.
ResponderEliminarEspero no haber sido demasiado intrincado para tí, mono sabio, era sólo una aclaración a la falta de urbanidad y educación que dejaste en tus palabras.
Saludos, mono sabio.
Si quieres te explico qué significan algunas palabras como intrincado, urbanidad o mono sabio, a tu disposición.
Me gusto la historia, y me gustaria implementarla en un trabajo que estoy realizando sobre el tema. Seria mucha molestia pedirte el nombre del escritor o algun tipo de bibliografia?? gracias
ResponderEliminarQuiero usar esta historia como parte de un ensayo para explicar de mejor manera que vemos lo que somos. Por favor podrías publicar la fuente o el nombre del autor. Gracias
ResponderEliminarHola, Biología, está debajo de la entrada en gris, ahí está la fuente.
ResponderEliminarDe todas formas te la dejo aquí también.
LOS 120 MEJORES CUENTOS DE LAS TRADICIONES ESPIRITUALES DE ORIENTE. Recopilacióen de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez
Salu2
Sinceramente creo q es muy buena tu historia, y nos sucede todo el tiempo con algo q ignoramos y tratamos de comprender.
ResponderEliminarMuchas veces vemos las cosas q no son pero queremos creer
Att:Alexandra y Andrea
No es mia la historia, pero me alegra que os guste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una hostoria muy buena, la usare un un ensayo, gracias me haz ayudadoo mucho(:
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