
Hace algunos días mi padre me envió por correo una conversación real (al menos a mi me lo pareció) entre un filósofo y un cajero de un banco... La conversación es a través del teléfono y el filósofo del sentido común utiliza la mayéutica socrática con el simple cajero que no puede por menos que darle las explicaciones que el filósofo le pide. Desde luego que nada que ver el lenguaje del filósofo : abierto, directo, personal, transparente y nítido con el del cajero del banco: rebuscado, falso, antinatural y muy oscuro.
Por primera vez alguien expresa lo que yo siento con respecto a los bancos, en palabras de un filósofo con todo el sentido común, por que amigos, a estas alturas hasta para gastar tu dinero tiene que darte permiso el maldito banco...
jajajajajaaaaaaaa Palmira tiene esprés, y yo también
ResponderEliminarNo le puedo dar los gatossssssssss
¿Cómo que debe haberrr????
Jajajajaaaaaaaaaaa