PRÁCTICAS SEXUALES PELIGROSAS

Tengo un amigo que me cuenta que cada vez que hace el amor con su pareja, se juega la vida, y ante la cara de sorpresa que puse cuando le escuché esas palabras, me contó lo siguiente:

A ella le encanta practicar el cunilingus, y a mi también me gusta como práctica sexual, pero cada vez que lo practico con ella le supone un auténtico reto de supervivencia. Dice mi amigo, a quien llamaré Luis, que todo comienza tranquilamente, disfrutando de la situación, pero conforme avanza el tiempo el asunto se va complicando, primero nota que una mano agarra su cabeza, para evitar que se retire, él no se va retirar, pero la mano se lo recuerda, y le aprieta . Un poco después las piernas de su chica se van cerrando, entonces nota como la presión se apodera de sus orejas y al momento deja de oír, sólo oye los latidos de la presión sanguínea en sus orejas es un sonido ritmico y sordo, luego las piernas se cierran más y más hasta que lo atrapan también para evitar que se retire, algo que Luis no piensa hacer, pero por si acaso, las piernas hacen más fuerza aún, mi amigo, está allí con los ojos cerrados por que si los abre se le traban por lo cerca que está del Gazon maudit de su pareja así que los mantiene cerrados y se pone a pensar en cómo sorprender a su chica, con movimientos y caricias variadas, algo que ella agradece... los oídos anulados, los ojos cerrados, la boca llena, así mi amigo me cuenta que en esos momentos siente que le falta el aire, y que está a punto de desfallecer, no puede hablar, no ve, no oye y atrapado entre dos musculosas piernas a cada lado y una mano por detrás que le impiden cualquier movimiento sólo le queda el frente en donde no encuentra aire, ni escapatoria, aguanta como puede, le sigue faltando el aire y no puede ni hablar ni moverse ni zafarse de la pinza que tiene alrededor de su cabeza, mi amigo que fue campeón de buceo tiene unos buenos pulmones que le permiten aguantar sin respirar durante un período largo de tiempo, pero no es suficiente.

La única alternativa que le queda, cuando ya no puede más, es levantar las manos y agitarlas como si estuviera saludando o mejor dicho, como si estuviera ahogándose, que es realmente lo que le está pasando; para que ella se dé cuenta de que está a punto de asfixiarse, después de un rato agitando las manos y revolviéndose, ella relaja las piernas un poquito y deja de presionar con la mano, mi amigo coge aire, pero no durante mucho tiempo, en menos de tres segundos...otra vez la mano, luego las piernas, etc... vuelta a empezar, ahora la mano tira de su pelo y vuelve a obligarle a tener la cabeza ahí, las piernas vuelven a cerrarse sobre su cabeza con más fuerza que antes, ahora su cabeza se mueve al ritmo que marcan las caderas de su pareja, sus orejas están calientes de la presión, pierde el sentido del oído y evidentemente se queda mudo.

Cuando ya parece que todo acaba, me dice que, tiene que quedarse ahí quietecito sin mover nada, de nada, pues como se le ocurra moverse lo más mínimo y haya el más mínimo contacto con cualquier parte de su chica una convulsión de la pelvis le sacude la cabeza de tal forma que lo deja atontado.

Dice Luis, que quiere mucho a su chica pero que lo pasa realmente mal cada vez que practica sexo con ella.