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24 de octubre de 2008

Mi felicidad es la de los que me rodean

Alegrarse del bien ajeno es síntoma de salud, no hay nada mejor que sonreír por que los que te rodean están felices y tienen éxito.

Esto viene a cuento, por que no hace mucho una buena amiga estaba ante una difícil situación, volver o no a una antigua relación. Ocurría que a pesar de saber que era difícil volver a intentar lo que ya fracasó una vez, en ella había alguna esperanza y bastante amor, bastante.

Por mi parte yo era el primero que le aseguraba que las personas no cambian, y que yo en su lugar no lo intentaría, pero también era el primero en darle un empujoncito si en ella había alguna esperanza en que debía intentarlo, nada hay más desolador y lamentable que no hacer lo que uno desea, y más en este caso...

Así las cosas, no hace mucho he tenido oportunidad de pasar algunos ratos con ellos dos y para mi asombro han vuelto a enamorarse, si, a mirarse con disimulo a sonreír por nada, a tocarse con el pie bajo la mesa, a reírse juntos, a discutir obviamente, a ver una película juntos en casita echados en el sofá que tantas veces los escuchó discutir, y que otras tantas fue cómplice de su amor. Ante esta situación no me queda más que reconocer que el amor puede ser posible.

Es cierto que aún es pronto para lanzar campanas de boda, también es cierto que las partes se lo han tomado con la calma y distancia necesarias, pero todo parece apuntar a que se consolida la relación.

Me alegro, y me alegro mucho, por que hay personas, que por el simple hecho de estar cerca de nosotros y compartir momentos con nosotros se merecen ser felices, y en este caso es así, de esta forma su felicidad se convierte en parte en mi felicidad.

Estoy contento y alegre y soy feliz cuando los que me rodean ríen, están alegres y son felices.


4 comentarios:

  1. Supongo ... que esta entrada la has escrito pensando en mí ... jajajaja. La verdad es que me ha encantado leerla y no sólo por el contenido en sí, sino por todos los sentimientos que se desprenden de ella, nuestros ... y tuyos, tu GENEROSIDAD.
    Sí, con mayúsculas, porque es mucha. Generosidad que demuestras ahora, cuando escribes esta entrada y expresas tu felicidad por verme feliz; y generosidad entonces, cuando frente a unos zumos de tomate y unos martinis con mucho hielo me escuchaste con paciencia y cariño, y me regalaste tu compañía, tus palabras y esas risas que tanto me reconfortaron.
    Como siempre, has vuelto a transmitirme a través de la sencillez de tus palabras grandes sentimientos.
    Has de saber que esta buena amiga también se alegra de todo lo bueno que te pasa y de la felicidad que irradias y que como ya te he dicho alguna otra vez ... espero que estemos siempre lo suficientemente cerca para compartir todos estos sentimientos.
    Muchas gracias por el homenaje tan bonito que has hecho a mi historia de amor con esta entada tan especial.

    Muchisísimos besos.

    Tu buena amiga ... jajaja.

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  2. Gurbito lindo:
    Sentirse partícipe de la felicidad y los dolores de las demás personas es el camino hacia la solidaridad y hacia la felicidad.
    Lo bueno de esto es que nos contagias esa felicidad, de forma que todas las personas queremos participar de tu alegría. Yo quiero, amigo, y te felicito por ese sentimiento tan poderoso que arrastra a más de uno.
    ¡Felicidades, sursuncorda!

    ... Y, cómo no, ... ¡besos restallaos!

    Guapo :)

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  3. Así es amiga, ya sabía que a nada que la leyeras te reconocerías o al menos reconocerías algo de lo que en ella escribo.

    Un abrazo gigantesco.
    Y un beso, claro está.

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  4. Gracias, Nusa, gracias.

    Muchos abrazos.

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