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16 de enero de 2009

El sitio


¿Cómo definirlo?

Alrededor del año 1987 cuando el mundo era más bonito, y los amigos compartíamos la ilusión de mejorarlo aún más, encontramos un lugar al que llamamos El sitio.

Comenzó siendo un lugar físico, un espacio donde nos reuníamos a fumar, charlar, soñar y vivir, cada tarde durante al menos dos años fuimos a aquel lugar, apartado, sólo para adolescentes y lleno de fuerza. Con el tiempo lo fuimos transformando, poco a poco y sin darnos cuenta, fue convirtiéndose en una parte de nuestra vida; igual que nosotros nos transformamos en hombrecitos, el sitio terminó así con un baúl lleno de recuerdos y momentos pasados en la mejor compañía que recuerdo, los amigos, con el paso del tiempo terminó siendo un lugar en la memoria, algo que hoy día perdura.

Allí quedaron muescas en las piedras que lo formaban, igual que en nuestros corazones, las primeras gotas blancas, los primeros olores de los cuerpos, el erotismo de las muchachas adolescentes, los deseos soñados cada noche, las aguas cristalinas del arroyo que corrían calientes y transparentes como la sangre por nuestros corazones, sin maldad, sin prejuicios, sin pudor...

Hace algunos días en una conversación de amigos apareció, surgió otra vez y todos rememoramos el lugar, de pronto un alud de pensamientos y emociones me invadió, otra vez ese lugar, otra vez aquellos sueños...

He decidido que la próxima que tenga ocasión de estar cerca de El sitio, me acercaré hasta allí, haré unas fotografías y prometo que os las enseñaré, no sé si la imagen recogerá los recuerdos y anhelos que ese lugar contiene, pero despertarán en mi tantos y tantos pensamientos...

2 comentarios:

  1. Yo también tuve un sitio, o mejor dicho, varios. La gente va cambiando, y consecuentemente los lugares.
    Qué difícil volver a juntarnos todos los que estábamos, ¿por dónde andaremos?
    Muy bonita esta entrada. Me has hecho recordar momentos especiales.
    Bss

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  2. Gracias.
    Recuerda volver a esos sitios de vez en cuando y volver a saber de ellos y ellas de vez en cuando, te lo pide la memoria y lo alimentan tus recuerdos.


    Besos.

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