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22 de febrero de 2010

Un úlitmo trago

Hay momentos en que la música me da lo que las personas no me ofrecen. En este caso (en estos días) es mi idolatrada negra, Concha Buika, que ha dado un paso más en su evolución como cantante, se ha rodeado de buenos músicos y ha puesto en su voz, coplas de amor y desamor de una gran cantante. Con su voz y la música (la de este disco) me imagino con mi amante, bailando antes de hacer el amor. Es tan sensual que no habría otra forma de terminar de escuchar su disco que hacer el amor con la persona que quieres.

Su música es relajada y algo triste, como el amor, por que el amor es triste. Amar sin ser amado es triste. Pero es una música que invita a irse a la cama para hablar con los cuerpos desnudos bajo las sábanas, sin pensar si afuera llueve. Es una música que te recorre la piel, la presencia de los ritmos latinos y de jazz acentúan la voz de la cantante. Se escuchan ecos de América, de la América que me gusta la del Sur, la que está llena de color y sangre.

Tomar el trago juntos, el último trago... Sentir que fue una gran noche llena de miradas sinceras y penetrantes que nos hicieron ser dos convertidos en uno. Escuchar en silencio la música, cada uno con sus pensamientos que son los mismos. Dice una amiga que nada es para siempre que todo termina y yo siempre le contesto que si, que es así, pero que a veces olvidamos que hasta la vida se acaba, que también la vida, la que vivimos no es para siempre. Así las cosas, mientras ese final llega desnudémonos y escuchemos entre sábanas recién lavadas y olorosas la música, sabiendo que habrá un final y que tarde o temprano no podremos olernos ni sentir nuestros cuerpos desnudos...

En todas las canciones se cuentan historias tristes, pero es que el amor es triste. Amar sin poder ser uno mas que mentalmente, amar sin ver por los ojos del otro, amar sin sentir el corazón del otro, amar es triste.

Luego están los ambientes que se reflejan en la armonía de las canciones donde un pianista solitario y viejo desliza sus dedos sobre el marfil de las teclas, apoyándose una y otra vez en los semitonos de las negras, donde suenan los pellizcos de la música, esos pellizcos que tocan el corazón, los de verdad.

A veces trato de huir de la melancolía, me prometo a mi mismo no volver a escuchar canciones de des-amor, pero no puedo, algo me atrae hacía el ambiente cargado de humo y el olor alcohol de los vasos largos donde los tragos son más ardientes.

Así llevo estos días entre melancólico y soñador... esperando. No sé muy bien qué espero, pero espero.

3 comentarios:

  1. Después de escuchar a Buika, te sirves otra copita y vuelves a ver...
    http://www.youtube.com/watch?v=7vThuwa5RZU

    Besos y no te empaches, la melancolía es buena, pero en su justa medida.

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  2. Curiosamente también he tenido unos días de melancolía y estoy de acuerdo contigo, amar es triste cuando no puedes sentir el corazón del otro y no logras encontrar la manera de llegar hasta él, sabiendo que a pesar de existir otros, solo quieres ese.

    Así lo describe el trovador cubano que me ha acompañado estos días en busca de
    “Mi Unicornio Azul”.

    Preciosa canción. Besitos Azules. MGA.

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