Hoy le pregunté a los árboles que le preguntasen al cangrejo
por qué tus lágrimas de dolor son de color rojo.
Te escuché silbar en la tarde, aquella canción que te enseñó tu abuela.
Nos reímos mucho rato mientras enseñabas a bailar a tu amiga
y luego instauramos un día en el calendario como tu día.
Preguntamos a un anciano, a quien no conocíamos, cuántos años tenía.
Nos dibujamos una estrella en la frente y salimos a la calle.
Paseamos por una playa en la que escribimos nuestros nombres.
Esperamos a que la marea se llevara con ella nuestros nombres.
Hoy estabas triste hasta que me viste reír.
Has descubierto que mi cabello cada día es más blanco.
Me has confesado un secreto.
Hemos vuelto a hablar después de varios meses.
Acordamos que las fronteras son rejas de una prisión.
Sabemos que la tierra nos pertenece.
Volvimos a reír hasta que los vecinos nos llamaron la atención.
Soñamos juntos un mundo mejor.
Nos volvimos niños como siempre hacemos.
Escuchamos los consejos de tu padre.
Cantamos juntos canciones alegres y bailamos mucho rato.
Subimos a un árbol, y nuestros pies volvieron a colgar.
Abajo vimos el mundo, ese que nos pertenece.
Esta Entrada Está Escrita Hace Algunos Días,
Su Protagonista Reconocerá Qué Quieren Decir Todos
Los Hechos Que Aparecen Narrados...
Me siento bien por todo lo que hicimos.
por qué tus lágrimas de dolor son de color rojo.
Te escuché silbar en la tarde, aquella canción que te enseñó tu abuela.
Nos reímos mucho rato mientras enseñabas a bailar a tu amiga
y luego instauramos un día en el calendario como tu día.
Preguntamos a un anciano, a quien no conocíamos, cuántos años tenía.
Nos dibujamos una estrella en la frente y salimos a la calle.
Paseamos por una playa en la que escribimos nuestros nombres.
Esperamos a que la marea se llevara con ella nuestros nombres.
Hoy estabas triste hasta que me viste reír.
Has descubierto que mi cabello cada día es más blanco.
Me has confesado un secreto.
Hemos vuelto a hablar después de varios meses.
Acordamos que las fronteras son rejas de una prisión.
Sabemos que la tierra nos pertenece.
Volvimos a reír hasta que los vecinos nos llamaron la atención.
Soñamos juntos un mundo mejor.
Nos volvimos niños como siempre hacemos.
Escuchamos los consejos de tu padre.
Cantamos juntos canciones alegres y bailamos mucho rato.
Subimos a un árbol, y nuestros pies volvieron a colgar.
Abajo vimos el mundo, ese que nos pertenece.
Esta Entrada Está Escrita Hace Algunos Días,
Su Protagonista Reconocerá Qué Quieren Decir Todos
Los Hechos Que Aparecen Narrados...
Me siento bien por todo lo que hicimos.
DESDE EL ÁRBOL:
ResponderEliminarRecuerdo hasta las diferentes brisas de ese día...y los pies descalzos en nuestros juegos...y malabares de luces de un sabio cirquero...
Mi gato pregunta si puedes jugar damas chinas con él en tu próxima visita.... y el amigo cangrejo un truco de magia te enseñara...las voces cantantes de lirios tiñiran nuestras manos para pintar estrellas en la playa....
..Gracias...miles ...estamos tan cerca hoy....como cada vez que nos encontramos en nuestro gran árbol...
...siempre los más grandes amigos...como caballero y escudero...me haces feliz...
siempre podemos reir..siempre podemos soñar...
...este es el abrazo más gigazteco tanto que no basta lo ancho de este universo...
miles de besos y sonrisas...y alegrias
..PS:
Te cuento...jajaja...intento practicar lo del silbo...en el bus..en el centro comercial..en el trabajo....y ponen una cara pobre..jajaja..pero ya casito me sale.....nos reimos siempre...
Ánimo con lo del silbo, en la próxima charla la novena de Beethoven en un gran concierto, jajaja.
ResponderEliminarNo me tienes que dar las gracias, al contrario yo te las daré a ti por los buenos ratos y la entrada está dedicada a esos buenos ratos y a tu imaginación.
Besos y sonrisas.