Baila para mi otra vez. Hazlo para mi

Baila para mi. Otra vez. Deja que te mire, deja que te admire, deja que mis ojos sigan los movimientos de tu cintura que fijen un punto en tus caderas e imaginen.

Muévete suave a un lado y a otro, hazme perder el control. Hazlo otra vez, así, justo así, es como si una hermosa diosa se estuviera adentrando entre los pocos resquicios de cordura de mi mente. Me vuelves loco.

Luego, deja que el vestido vaporoso se balancee sobre tus muslos deja que mis manos acaricien la suave piel que rodea tus caderas.

Quiero sentir el calor femenino de tu cuerpo, quiero oler los aromas de tu cintura. Quiero que toda la habitación huela a ti, sólo a ti.

Llenaré tu ombligo de tequila y haré un camino de sal hasta tu cuello para recorrerlo con mi lengua, saltaré hasta tu boca, morderé el limón que tienes entre tus labios.

Dibuja círculos con el final de tu espalda, círculos que se convierten en espirales de pasión al seguirlos en el aire.

Mírame como tú solo sabes, mírame así, que no puedo resistirlo más, atraviésame con tus ojos mi cerebro.

Acaríciate el pelo, ese cabello largo que mil veces imaginé sobre mi cara mientras me mirabas con deseo, deja que el viento lo mueva, permite que el rirmo del balanceo lo agite.

Clávame tus uñas en el pecho, sujétame con fuerza contra el suelo, no quiero que esto acabe, sigue haciéndome tuyo, sigue con tu cuerpo eléctrico sobre mi cuerpo haciéndome pequeño.

Aprieta tus muslos contra los mios, arquea tu espalda para sentirnos unidos, descansa tu pecho sobre mi pecho, susúrrame te deseo, mientras me muerdes el cuello.

Ámame, poséeme, y dime te quiero.