Buscar este blog

24 de noviembre de 2009

Primum vivere, deinde filosofare


Pues está claro, primero vivir y luego filosofar, sólo quién vive puede hablar de lo vivido. Amigo si no has vivido no puedes ni tan si quiera imaginar qué habría sido.

No puedes juzgar la conducta de alguien si no te has visto en una situación similar.
No puedes desear  que los demás hagan lo que tú harías.
No puedes esperar que los demás quieran lo que tú querrías.
No puedes creer que los demás dirán lo que tú dirías.
No puedes pensar que los demás pensarán lo que tú pensarías.

Mejor dicho, si puedes hacer todo lo anterior, pero no debes, nadie, nadie sabe cómo reaccinamos los demás y nadie, nadie es quién para juzgar a los demás por sus conductas.
Vive y no juzgues

2 comentarios:

  1. Que valiosa lección nos das con esta entrada. Creo que no suelo criticar aquello que no entiendo, pero viene bien para reflexionar e intentar no hacerlo nunca. Mua, Queen.

    ResponderEliminar
  2. acaso los niños no son buenos filósofos?
    no me estarías juzgando al decirme que no juzgue?

    ResponderEliminar

¿Qué dice tu corazón?