
Sus pechos están rellenos de chocolate son dulces, me encantan, terminan en dos bombones de chocolate negro que cuando lo entras en la boca se deshacen y te ofrecen un licor ardiente de fruta tropical. Es alta y morena esbelta y se mueve con lentitud y feminidad, me gusta mirarla, cuando duerme, cuando come, cuando se acerca y cuando se marcha, ver sus caderas alejarse es pensar que algo hermoso se aleja, siento ansiedad en ese momento, afortunadamente siempre vuelve, siempre regresa a ofrecérmelas sin condiciones a entregármelas, yo acepto el regalo sin condiciones.
Le gusta bailar conmigo me dice que nadie la mueve como yo y nadie la guía como yo. Cuando bailamos cerramos los ojos y nos dejamos llevar por la música, nos olemos y sentimos nuestra piel la suya contra la mia y la mia contra la suya, nos acariamos como si fuera la última vez que lo pudiéramos hacer y hasta que termina la canción estamos unidos, en ese momento despertamos y nos besamos.
Cuando bailamos cerramos los ojos y nos dejamos llevar....esa es la magia de ser dos sintiéndose uno.
ResponderEliminarMágico, querido Gurb, has descrito un momento mágico.
Besitos dulces.