Buscar este blog

26 de noviembre de 2009

Chocolate con canela

Ella es de color canela, su sonrisa ilumina todos los espacios donde se encuentra, su cabello es largo sedoso y siempre cae sobre sus hombros, le llega hasta la cintura, y es brillante casit tanto como su sonrisa. Hace pucheros para llamar mi atención. Le encantan las palomitas y cada noche nos sentamos en un gran sofá a mirar la tele como excusa por que en realidad lo que hacemos todo el rato es acariciarnos, su piel es suave y lisa como la de un bebé, desprende un olor fresco y joven como a selva tropical,  le gusta beber cerveza y comer palomitas, yo se las preparo como nadie, me dice que con la sal justa para desear besar mis labios, y quitar la sal de los suyos, pienso que es una excusa para besarme.

Sus pechos están rellenos de chocolate son dulces, me encantan, terminan en dos bombones de chocolate negro que cuando lo entras en la boca se deshacen y te ofrecen un licor ardiente de fruta tropical. Es alta y morena esbelta y se mueve con lentitud y feminidad, me gusta mirarla, cuando duerme, cuando come, cuando se acerca y cuando se marcha, ver sus caderas alejarse es pensar que algo hermoso se aleja, siento ansiedad en ese momento, afortunadamente siempre vuelve, siempre regresa a ofrecérmelas sin condiciones a entregármelas, yo acepto el regalo sin condiciones.

Le gusta bailar conmigo me dice que nadie la mueve como yo y nadie la guía como yo. Cuando bailamos cerramos los ojos y nos dejamos llevar por la música, nos olemos y sentimos nuestra piel la suya contra la mia y la mia contra la suya, nos acariamos como si fuera la última vez que lo pudiéramos hacer y hasta que termina la canción estamos unidos, en ese momento despertamos y nos besamos.

1 comentario:

  1. Cuando bailamos cerramos los ojos y nos dejamos llevar....esa es la magia de ser dos sintiéndose uno.

    Mágico, querido Gurb, has descrito un momento mágico.

    Besitos dulces.

    ResponderEliminar

¿Qué dice tu corazón?